Me invitó Virginia Miller (Discover Sherry) el pasado 30 de diciembre a visitar con un pequeño grupo las Bodegas Sánchez Romate de Jerez, y pese a la lista de tareas pendientes tras el fin de semana y antes de noche vieja no pude decir que no. Y mereció la pena. Buena gente, una visita algo precipitada pero muy entretenida y un picnic en un viejo casco de bodega lleno de aromas.
La cosa es que pillamos a Reyes, enóloga de la bodega, en una de las semanas más complicadas del año: embotellando, atendiendo pedidos de una y otra parte del mundo, y dando instrucciones aquí y allá para mantener el nivel bien alto. Una persona estupenda esta Reyes, algo que intuía por las charletas de café que nos permite Twitter (¿véis? para esto sirve eso, para conectar) aunque nada como saludarse con un beso casto pero afectuoso, una charla cara a cara y unas copas de vino compartidas.
Y en ese hueco algo indefinido entre la una y las que sean nos colamos en la bodega; nos contaba Reyes que se cierra a las tres de la tarde y todo el personal respeta escrupulosamente el horario, así que poco margen para alargar la visita había. No es queja, faltaría plus, sino lamento por no haber comenzado antes. Las que sea fueron las 15:08 y den ustedes gracias que nos dejaron cinco minutillos más.
Probamos, directamente de la bota y con Ramiro Ibáñez a la venencia, el fino Marismeño, amontillado NPU (criadera y solera), el PX (solo algunos), el brandy estrella de la casa, Cardenal Mendoza, un pajarete escondido en un rincón, oloroso viejo y palo cortao, y algún vino de botas seleccionadas.
Poderoso y con intenso sabor el fino, rico y largo, muy Jerez; correctísimo el NPU, una de las joyas de la casa al que no acabo de encontrarle el punto (me gustan más salinos y afilados); fantástico Su Excelencia el prelado Mendoza; sabrosos los olorosos y palo cortado. El pajarete, una mezcla de vino y arrope que en el Reino Unido llaman blending sherry porque lo utilizan para darle cuerpo y sabor al whisky, muy profundo, chocolate muy oscuro y torrefactos.
Entre medias se organizó un estupendo picnic con sabrosísimas viandas: cecina, paté de langosta, queso del de untar y zurrapa de lomo, todo local y puesto a prueba para encontrar el vino adecuado. La maniobra estuvo orquestada por Vicky Miller, Pilar Tubal y Juan Antonio Mena (http://tubal.blogspot.com.es).
Y en la despedida buenos deseos para todos, en el día previo a noche vieja, agradecimientos y vítores para Reyes Gómez Rubio y la bodega, y muchas ganas de volvernos a encontrar en algún otro rincón de esta tierra para disfrutar de sus vinos.